Hacía muchos años que no venía por la playa de Bolonia, entonces las ruinas estaban cercadas con alambre de espino y un guarda en una caseta te dejaba entrar. Ahora han construido un edificio supermegagüaisosteniblecológico que da gusto verlo (pero sólo a quien no tenga gusto ninguno).
El caso que esta sábado no se nos ocurrió otra que venir a ver como estaban las ruinas y ya puestos entramos al museo.
El marco es incomparable, como diría un cursi.